Hemos tenido varias conversaciones en Java con Juli sobre cómo enseñar a los niños acerca de la integridad sexual y cómo hablar con ellos sobre sus cuerpos, pero a menudo, como padres, el aspecto más aterrador de criar a nuestros hijos es protegerlos del daño sexual.
No siempre podemos estar con ellos, entonces, ¿cómo podemos ser proactivos mientras intentamos mantenerlos seguros?
Hace unos meses, Juli se sentó con la Dra. Julia Sadusky, autora de los libros “Start Talking To Your Kids About Sex” (Empieza a hablar con tus hijos sobre el sexo) y “Talking with Your Teen About Sex” (Hablando con ti adolescente sobre el sexo), para hablar sobre cómo podemos equipar a nuestros hijos con las herramientas que necesitan para estar mejor protegidos contra el daño y el abuso sexual.
Los padres suelen sentirse incómodos, entonces, ¿por qué es importante establecer una buena base desde temprano?
Lo más importante que podemos hacer como adultos para proteger a los niños es enseñarles los términos correctos para sus genitales entre los cero y tres años. Esto les ayuda a tener claridad sobre esas partes del cuerpo y una comprensión limitada, pero suficiente, de lo que son y para qué sirven. Esto les permite hablar sobre las áreas privadas y establecer un marco para hacerlo. De esta manera, si una persona intenta causarles daño, lo cual en niños pequeños puede ser un proceso gradual, se pueden identificar señales en ese niño desde el principio.
Esto reduce la vergüenza hacia el cuerpo a largo plazo y es un entrenamiento muy importante y valioso, incluso si a los padres les cuesta abordarlo.
¿Es posible darles demasiada información sobre sexo demasiado pronto?
Eso es raro. Creo que en los años que llevo en la medicina, lo he escuchado solo unas pocas veces. Pienso que los cristianos suelen inclinarse hacia el otro extremo por miedo a esta posibilidad. Lo más común que escucho es que las personas no recibieron [ninguna conversación sobre sexo] o que esto no fue abordado hasta la pubertad. Y luego tienen una única conversación que se supone debe ser suficiente, pero no lo es.
¿Cómo le explico lo que es el sexo a mis hijos pequeños?
El desafío al que se enfrentan los padres con niños de entre tres y seis años es que a esa edad los niños tienen muchas dificultades para procesar y retener información. Por lo general, recomiendo postergar esa conversación hasta más tarde, tal vez entre los siete y nueve años, cuando realmente puedan aprender un poco más sobre biología, lo cual es valioso al intentar explicarles algo relacionado con el sexo. En los niños de tres a seis años, su capacidad de pensamiento abstracto es bastante limitada, así que no creo que realmente lo entiendan a esa edad.
¿Qué es normal en términos de curiosidad y juego? ¿Cómo deben los padres establecer límites sin avergonzar a sus hijos?
El juego normativo para los niños de 0 a 6 años es un juego exploratorio. Ellos aprenden a través de los sentidos: vista, tacto, gusto, olfato. Que el comportamiento sea normal no significa que no debas hablar con tus hijos sobre lo que están haciendo; simplemente significa que es muy común. Lo que se vuelve más preocupante sería, por ejemplo, si al re-direccionar a un niño y establecer un límite él persiste en ese comportamiento. Otra señal de alerta sería el uso de agresión.
Para establecer límites, primero respira profundo porque estás teniendo una gran reacción interna. Todo lo que tienes que decir es: “Oye, no jugamos de esa manera. Así que vamos a ponernos la ropa de nuevo. ¿Qué otra cosa te gustaría hacer?” No tengas toda la conversación en ese momento de tensión. Habla con tu hijo cuando esté tranquilo.
He oído que no es bueno obligar a los niños a mostrar afecto físico. ¿Deben los padres ayudar a sus hijos a establecer límites con otros?
Los padres quieren y deben permitir que sus hijos interactúen con familiares y amigos que son importantes para ellos. El problema surge cuando les dicen a los niños: “Tienes que sentarte en sus piernas” o los entregan a otras personas diciendo: “Asegúrate de mirarlos a los ojos. Asegúrate de darles un abrazo.” Esto puede llevar a que los niños sientan que la cortesía está por encima de su comodidad, de modo que cuando alguien les pide otros comportamientos o contacto físico con el que no se sienten cómodos, se sientan obligados a cumplir para ser corteses o educados.
Los niños procesan esto de manera diferente a lo que los padres suelen pretender, y eso crea vulnerabilidad. Los padres deben tener esto en cuenta. Hay formas de transmitir respeto y aumentar la familiaridad entre los niños y los adultos que son familia y amigos sin crear esa expectativa de cortesía.
Para obtener respuestas a preguntas sobre pijamadas, límites en el hogar con aparatos electrónicos y cómo manejar grupos de niños de diferentes edades, escucha la conversación completa aquí.